(Editorial Plaza y Janés, 2013)
¿Por qué una mujer pueblerina hermosa, solterona, de principios del siglo XX escribe un diario erótico y sensual? ¿Qué pasa cuando su sobrina adolescente lo descubre y lee a hurtadillas? La trama de esta novela que linda en el realismo mágico –pues el fantasma de esa mujer pueblerina la recorre-, nos invita a un viaje en el que los diferentes personajes descubren su sexualidad y su sensualidad. Camila encuentra el fajo de hojas que su tía abuela guardaba celosamente, y comienza a sentir –de la mano de su tía- su sexualidad y su goce, a partir de lo que muchas mujeres imaginan y que revoluciona sus cuerpos.
Las páginas de ese diario son puntos de unión entre ellas. Mientras para Carlota -la tía abuela-, esas hojas sueltas, atadas con ligas, fueron la posibilidad de explicarse la difícil vida en donde padre y hermanos tienen la última palabra; para Camila serán libertad y determinarán su vida profesional, apostando todo para echar a andar un negocio de sexo inspirado en el diario: Entretenimiento muy adulto.
Así también, esas hojas le susurrarán a Camila, el camino en su vida afectiva. Le enseñarán que es ella la que debe fijar cómo jugar sus cartas en cuestión de amores, en un ir eterno siempre al siguiente y no quedarse con ninguno…, hasta que conoce a aquel del que debió haber huido de inmediato, por seductor indómito, pero no lo hace.
La magia del diario unirá otros personajes. Los primos solterones que no saben reaccionar al cuerpo desnudo de la tía octagenaria que los adoraba. La tía Carlota cobrará vida en los sueños de Camila y de sus primos. Camila los ve; los primos, la sienten, buscando agotar toda esa energía acumulada y jamás satisfecha al contacto con los cuerpos, brindando placer a sus sobrinos varones, solterones, cual ella lo fue, para darles la oportunidad del goce.
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